martes, 30 de diciembre de 2014

Carta de una desconocida


Me encanta leer cartas de amor. Admiro la habilidad de los que saben poner el amor en palabras y me emociona entenderlos. Fantaseo con apropiarme de esos sentimientos.

Una carta de amor es como una fotografía, es un pedazo de tiempo. No es eterna pues está cargada de sentimientos que con el tiempo desaparecen; las palabras siguen ahí pero se tornan lejanas y vacías. Uno es tantas personas en una misma vida.

Cómo no explicar ese deseo inmenso de dar que es el amor y esa sensación de desamparo cuando no es correspondido. Sentimientos que son como una fiebre: intensos, incomparables e intransferibles.

Acabo de leer un libro que es una carta de amor de 65 páginas... de amor puro y duro, sin exigencias, sin demandas, sin egoísmo y lleno de nostalgia. Un libro que parece hecho exclusivamente para enamorados pues creo que es la única forma de entender a la "desconocida" sin reprocharla.


Así como escribir de amor estando enamorado es revelador (y a veces engañoso), leer de amor estando enamorado es reconfortante, pues mientras uno está enamorado tiene la membresía de un club en el que la realidad se ve y se entiende diferente, en el que la vida es comprensible, en el que el engranaje de la cotidianidad encaja. 

Mi consejo para 2015: si tienen la fortuna de estar enamorados escriban cartas de amor.